lunes, 8 de diciembre de 2008

Good Bye Base 2004 y Gracias por todo.

Estando en el 2do año de estudios, en el curso de historia antigua y medieval, dictado por Mónica Ferradas, se le dio a la profesora, en plena clase, por lanzar el siguiente enunciado: "Tengo el extraño presentimiento que esta base es especial, y que va ser muy distinta de todas las que han pasado por acá, yo creo sinceramente que hay un buen futuro para ustedes".

Naturalmente una afirmación como esta estimulaba a cualquiera, pues como sabemos la distinción es una cualidad muy deseada en nuestros tiempos, y el efecto de sinceridad con que fueron pronunciadas sus palabras reafirmaban positivamente aquella elección que habíamos tomado, haciendo frente a todo prejuicio habido y por haber. Ser historiador.

Pero también puede que se halla tomado con cierta indiferencia o escepticismo, pues sonaba demasiado bello como para ser verdad, casi como un piropo. Era como ponerse en los zapatos de una dama y escuchar al Don Juan: "Tu eres distinta a todo lo que he conocido anteriormente".

El hecho es que mientras en el invierno del 2005, esa frase invitaba al escepticismo o por lo menos con cierta humildad, al beneficio de la duda; la primavera del 2008 no puede ofrecer mas que una certeza: Mónica, No te equivocaste, tenías razón, pero te faltó alcance, porque esta base no sólo se constituyó como una generación de futuras promesas villarrealinas en el complejo campo de la historia, sino que también se consolidó como un grupo humano muy unido, que supo poner la amistad por encima de las diferencias, la gracia de las frases oportunas por encima de los estúpidas rivalidades políticas y el recuerdo vivo del ranking de los ridículos cheleros antes que pleitos nimios fracturen la unidad alcanzada.

Así fue el trayecto de la base 2004, una extraña suma de talentos, cervezas, jodas inteligentes y ridículos memorables, donde todo el mundo tiene rabo de paja, nadie puede decir "yo nunca"; nuestra historia es una caja de sastre, de ahí su riqueza, de ahí su unión y singularidad; y ahora en el momento de la partida, es justo pues hacer una mención hacia todos aquellos que supieron dejar su huella en las memorias de la base 2004 de la Escuela de Historia, y dar las gracias por su granito o bloque de arena en la construcción de este castillo de recuerdos.

Gracias Coco Villarán y Uruguayo Miguel por enseñarnos lo que es un debate alturado sin dejar de ser amigos, son sin duda referentes importantes en nuestra formación por sus sentencias y explicaciones. Gracias Cholo Carlos y Chato César por sus ocurrencias que muchas veces nos hicieron reír hasta las lagrimas. Gracias Gato Siprian, Demoledor David, Pablito Condori y Alfresco Cueva por su paciencia, tolerancia y capacidad para reirse de los arrebatos del chato y el cholo. Gracias Llorón Arias, Chicho Daniel, Caillahua y lenguarde por saber escuchar y joder en el momento oportuno. Gracias Silvia, Marielena y Chabela por ser infaltables en las fiestas y no dejar que pablito baile con todos, Gracias Nataly y Giselle por demostrar que las mujeres también pueden imponerse. Gracias Diana por esa madurez que te valió la representación unánime del salón. Gracias Alor y Silvana por mostrar que nunca es tarde para soltar las trenzas. Gracias Walter, Evelyn, Eduardo y Castillo, por mostrarnos que detrás de esos inocentes rostros y comportamientos se ocultan complejas personalidades que sólo la cerveza es capaz de sacar a la luz.

Gracias también a los que se quedaron un poco más atrás en el camino, a las innarrables experiencias de Chiki, al cosmopolitismo de José, a la sobriedad de Godoy, Tamayo y Mariela, al muy célebre Urquizo, a los pasteles de Quicaño, a la honestidad de Jimena, a la extraña cultura de Roxana.

Y por supuesto también agradecer a los que se fueron al "Gruñon" de Paul, al jodido de Llanos, al fortachón de Pérez, al entusiasmo de Ruth, a la amistad de Sarita, a la "inocencia" de Elva, a los "pendejos" de Ochoa, Ñahui y Sergio, a las manos de Douglas, al colaboracionismo de Lenin y Diego, al enamorado de Guliana, al espeso de Basilio, al blanco desesperante de Vanessa. Aunque estos últimos decidieron a mitad de carrera tomar otro camino, estoy seguro que todos les deseamos la mejor de las suertes.

Pero no todo fue juerga y buenos recuerdos en el salón, también hubieron momentos difíciles y de exigencia académica, que bien pudieron haberse complementado en los pasillos del pabellón B, pero que un poco se fueron de lado con el paso del tiempo, de hecho, hay veces pareciera que la reflexión teórica/práctica hubiera quedado un tanto a la deriva desde que se fuera Coco del salón, pero ello jamás debió eximirnos de la crítica ni de la retrospectiva, razón por la que no hace mucho tiempo preguntara: ¿Y ha estas alturas de la carrera a que conclusión es a la que has llegado sobre tu formación universitaria?. Pregunta malvada e inesperada que le lancé a Julián en una de las últimas noches de bohemia.

Naturalmente no llegamos a un saludable acuerdo, pero fue una forma de preguntar: Ahora que estas en la puerta de la salida ¿puedes decir quien eres o en lo que te has convertido?. Y creo que es la pregunta que me hubiera gustado soltar a cada uno de ustedes. Permítanme pues ensayar mi propia respuesta, hacer el esfuerzo por esbozar la posible identidad de esta generación, adelantando pues que fiel a las tendencias posmodernas no me esforzare por hallar una esencia o una raíz, sino más bien por articular elementos que consolidan una extraña forma que resulta dificil nominar. Somos pues, en el plano teórico una rara mezcla de marxistas inconcientes, annalistas braudelianos sin teoria, constructivistas sin practica e historicistas las veces que sean necesario; pero lo que definitivamente no somos es fundamentalistas o convencidos teóricamente de algo. Una especie de vaso con agua a la mitad, dónde no se sabe si esta medio lleno o medio vacío. Esa es pues la herencia de nuestros profesores, quizás no tuvimos un Carlos Contreras, un Anibal Quijano o una Scarlett O´phelan; pero si tuvimos a un Carlos Flores, un Augusto Ruiz, una Maria Inés o una Mónica Ferradas, que sin lograr aún la talla de los intelectuales mencionados, dieron lo mejor de si para llenar la primera mitad de ese vaso y constituyen aún vayas difíciles de superar que no se pueden mezquinar ni mucho menos ignorar; corresponde ahora a cada uno de ustedes continuar llenando ese vaso, o en el peor de los casos dejarlo en su lugar y hundirse en la mediocridad.

Para terminar, y no sé si todos coincidirán con lo siguiente. Pero no se puede decir que se van de la mejor universidad, ni que esta les entregó lo mejor que tenia, por mas que intento hacer un esfuerzo sentimentalista, me gana el realismo; y es que en realidad nos hicimos con nuestro propio esfuerzo y el esfuerzo de algunos docentes entregados a la causa; pero lo que sí se puede afirmar es que por esas cuestiones del azar de la historia, convergimos en esta universidad, nos relacionamos en estos pasillos, nos formamos en estos salones, y por el mismo hecho que identificamos que habían cosas que estaban mal, nos atrevimos a hacer algo diferente, aprendimos algo de cada uno de nosotros y por ello tenemos cierta deuda con esta institución, que aunque mal pague, nos permitió la dicha de conocernos. Me encuentro así entonces con la certeza de decir que me siento orgulloso por ello, de haber pertenecido a la base 2004 de historia, de haber echo lo que hice y de haber echo amigos como ustedes, y por alguna razón tengo la extraña sensación que no sería quien soy ahora si no los hubiera conocido, y es que debemos tener siempre en consideración que explica al historiador no sólo su personalidad y su talento, sino también sus circunstancias, sus experiencias, su contexto y su lugar social.

Dicen que los únicos hombres que han alcanzado la inmortalidad, son aquellos cuyas acciones han sido lo suficientemente grandes como para vivir en la memoria de quienes los admiran y los respetan, por eso nunca morirán, y por alguna razón mientras escribo estas líneas se me viene a la mente García Calderón, y siento como él a mis cortos 25 años, que la vida se me va, que el tiempo se me esta adelantando, que el mundo gira demasiado rápido, y quiero terminar esto sin encebollarme. Vivirán pues ustedes en mi memoria, y espero yo también vivir en la suya, y que cuando hayan pasado 5, 10 o 20 años se puedan volver a reunir y recordar a todos los miembros de esta base 2004 sin omitir a nadie, y sin dejar de hacer un brindis agradeciendo a Dios por los que llegaron, por los que llegarán mas tarde y por los que no podrán llegar, pero que están ahí por obra y gracia de ese oficio que les ha tocado desempeñar. El rescate y la mantención de la memoria.

Gracias a todos y mucha suerte en esta nueva etapa de sus vidas.