lunes, 20 de abril de 2009

EL DISCURSO DE LOS VENCIDOS

Hace mucho que quería escribir algo sobre el espíritu y el estado de ánimo reinante en los claustros villarrealinos, solo que me faltaba la empiria, pruebas, muestras, que dieran fe de ello. Y es que normalmente se evita hablar de política pública y abiertamente en la universidad básicamente por dos razones, una porque a los jóvenes les aburre y otra por que los docentes se autocensuran. El desencanto y el contexto es quien gobierna; coetáneos a la década de la antipolítica y el autoritarismo civil, sencillamente nos limitamos a reproducir los vicios sociales de nuestra época y pareciera que la etiqueta de “universitarios” nos ha quedado grande. No obstante, tenemos aquí una aparente excepción.

El señor que diserta en el siguiente video se llama Daniel Conche Zuta, y como podrán ver, la fecha de la filmación corresponde al 09 de diciembre del 2004. Sabemos que es profesor de la Facultad de Humanidades y que labora en ella hace bastante tiempo, no tengo mayor opinión sobre su persona, pues nunca me ha enseñado en la Escuela de Historia. Lo cual en cierta forma me brinda cierta objetividad (en el sentido positivista de la palabra) para permitirme escribir una opinión sobre su discurso, el mismo que encontré en el blog “Relación Abierta” perteneciente a unos estudiantes de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas, recordemos que citar la fuente siempre es importante. Ahí les va.





Resumiré el discurso en tres palabras: Determinista, Fatalista y Desolador.
Es difícil saber si Daniel Conche Zuta es conciente de que lo están filmando, pues de ha ratos adopta un tono muy crítico y enfático, que resulta difícil creer que lo diría ante un público que lo podría comprometer, sin embargo, existen muchas razones para que un estudiante decida filmarlo, podría ser para comprometerlo políticamente, para difundir sus ideas, por admiración o para menoscabarlo, eso no lo sabemos. Pero lo que si podemos asegurar es que repite ese discurso con relativa frecuencia en ese salón y probablemente en otros también, y por eso el estudiante planifica y realiza la filmación.

Daniel Conche Zuta es determinista porque “es la verdad”, utiliza esa frase al terminar cada idea o afirmación, así son las cosas, sus experiencias personales y colectivas le han llevado a ser tajante para muchas cosas, como se aprecia en el video, no se puede esto o no se puede aquello, porque las cosas son así y no hay nada que hacer al respecto. Es la posición de un hombre que no ve mas allá de lo que pueden ver sus ojos o sentir sus sentidos, que niega la complejidad de la vida y de los hombres por el simple hecho que jamás lo ha visto o porque no le consta, no le cuadra o no lo puede pensar de otra manera. Pero no nos hagamos los tontos, que de esos hay varios en la universidad y en la calle también, “la política es cochina”, “la justicia es corrupta”, “la democracia no se come”, son verdades muy populares y no muy lejanas de la realidad, es decir que no nacieron de la simple imaginación sino que es producto de una serie de experiencias compartidas que tienen como consecuencia las mencionadas sentencias, ¿entonces cual es el problema con su afirmación?. Es simple, que si te la crees, te paraliza y caes en la inacción, la misma que no conduce a ningún lado. Entonces no serás parte de la solución sino más bien del problema.

Consecuentemente con su determinismo, prosigue con un penoso fatalismo reduccionista que podemos interpretar de la siguiente forma para no citar textualmente: Como la universidad esta en crisis, entonces estudia por tu cuenta, no esperes nada de ella, aquí dicta cualquiera, es mas no necesitabas haber ingresado, pues nuestros grandes pensadores no fueron universitarios (sino voluntaristas). A las autoridades no les interesa nuestra formación, mucho menos nuestro porvenir, por tanto preocúpate por ti mismo porque aquí nadie se preocupa por ti. El problema de los docentes universitarios es que les pagan una miseria y los pocos buenos son maltratados. Nuestra crisis en realidad es la crisis de la universidad pública en general. Por lo tanto estamos jodidos y cada quien que baile con su propio pañuelo. ¿Quién hablo aquí, Daniel Conche Zuta o toda una generación?, ¿Quién esta frente a la cámara, un hombre que se cansó de luchar o un pusilánime desfogando su impotencia? ¿Qué es lo que busca al decir lo que dice, estimular un individualismo agresivo o contagiar su resentimiento por la suerte que le toco vivir?.

Seria insensato de mi parte decir que lo que esta afirmando Daniel Conche Zuta es falso, sabemos que existen problemas en la educación pública, y muy grandes y graves, que requieren una solución de corto y largo plazo. Pero una cosa es coincidir en los síntomas y otra en el tratamiento. Si un médico de nuestra época le diagnostica a un paciente que tiene una enfermedad X, difícilmente le diría que se aisle del mundo y que busque la manera de curarse por si mismo. Si las estructuras de poder de un estado o institución son tan rígidas, por qué estudiamos el cambio social. Si el problema de la calidad educativa se reduce a una cuestión de dinero, por qué egresan tantos inoperantes de instituciones privadas con profesores bien pagados. Si las autoridades son tan mezquinas e insensibles, por qué las ratifican. El discurso es demasiado familiar y recurrente como para creer que estamos ante el Menocchio Villarrealino, es casi ya un libreto aprendido de memoria que lo he escuchado durante años a diversos profesores, no muy listos por cierto, el Estado tiene la culpa, el dinero es la clave, cada quien vea lo que hace. No estamos frente a Daniel Conche Zuta, sino frente a una generación que ha llegado a una conclusión sobre la vida universitaria o quizá sobre la vida en general y que quiere dejar a las nuevas generaciones un mensaje carente de esperanza o de alternativas, no convoca a la creatividad frente a las limitaciones, a la fuerza frente a la adversidad o a la unión frente abuso, sino mas bien todo lo contrario, por eso es desolador, y por eso también constituye este video una muestra interesante del discurso de los vencidos en nuestra universidad.