sábado, 19 de septiembre de 2009

¿De quién es COESCO?


Para los no enterados COESCO, formalmente significa Comisión Organizadora de Estudiantes del Coloquio, y 14 años de trayectoria lo respaldan como el evento tradicional de la Escuela Profesional de Historia de la UNFV. Pero mas allá de lo formal esta el significado que tiene para un grupo importante de estudiantes de historia que han transitado por el y han experimentado los avatares de su organización a través de los años.

Para nadie es un secreto el recuento de todas las actividades que se tienen que hacer para concretar su realización; el tiempo, el esfuerzo y el dinero que se invierte crea irremediablemente un lazo que es difícil de cortar, producto de la satisfacción obtenida de los objetivos realizados. En ese sentido, Coesco es una comunidad de jóvenes estudiantes convencidos que pueden hacer algo verdaderamente grande a pesar de las limitaciones.

Pero hoy en día las cosas han cambiado, y se puede aseverar con razón que Coesco ha llegado a su techo, a su límite. Esta sentencia no parte de una observación simple o apresurada, sino más bien se basa en lo que ha venido ocurriendo por lo menos en los últimos tres años. Por ello, este será un año más de Coesco, igualito que el año pasado y que el ante año pasado también, pero con la diferencia de un suceso insólito acaecido, que considero, rompe con toda pequeña idea de institucionalidad que se creía existía al interior de Coesco. El presidente-2009 fue vacado por quien se atribuye la propiedad de Coesco. Así de simple. Y todos, Amén.

Cuando ingresé a Coesco y durante los tres años que participé en el, siempre hubieron conflictos, como en toda asociación, pero la investidura del cargo de presidente(a) era siempre respetada hasta el final, quien empezaba con el cargo debía terminarlo, y ahí estuvieron los casos de Katty Bravo, Claudia Álvarez, Lenard Mendoza, Carlos López y Robert Salazar, y es completamente lógico, pues hay una elección de por medio, además de todo un trabajo realizado, medianamente planificado, que se va desarrollando con el transcurso de los meses. Pero este año fue la excepción. Un síntoma más del problema.

Quienes observamos la situación desde hace algunos años, optamos por retirarnos, pues aunque sabíamos que nuestras ideas de replantear el Coesco sobre la base de la institucionalización, un reglamento claro e impersonal, acumulación de experiencias y la gestión cultural, terminamos siendo incómodos, optándose así por el retiro voluntario, bajo el presupuesto que quizá con el tiempo, algunas de esas ideas poco a poco irían tomando forma, en la medida en que se tuviera la expectativa de crecer, de ir mas allá de lo conseguido hasta el 2006, pero la realidad de hoy muestra nuestras expectativas por los suelos, pero lo que mas fastidia es que a muy pocos parece interesarles.

Y esto es curioso, dado que cuando se pregunta sobre la política universitaria, todos están convencidos de que se trata de un problema estructural, sostenido por una terrible red de clientelaje, asistencialismo y corrupción, una especie de semi-feudo si se prefiere, donde se tiene en claro quien es el que manda y se siente a la vez toda la impotencia de no poder hacer nada al respecto. Sin embargo, en el único espacio donde si se podrían tomar medidas y realizar acciones al respecto, es decir, la escuela de historia y el Coesco, sencillamente se deja pasar de lado.

Y es que la miopía es grande en la facultad, muy pocos entienden que el crecimiento y la capacidad de innovación de un evento como el Coesco o de cualquier agrupación estudiantil, repercutiría inevitablemente en la imagen de cada uno de nosotros, porque la fortaleza y la organicidad de una institución dice mucho, o algo, de quienes la integran, combate prejuicios y crea una imagen y un perfil de quienes forman parte de su comunidad. La razón por la que somos una universidad académicamente inexistente, es porque únicamente existen aislados chispazos individuales de lucidez, pero muy pocas asociaciones estudiantiles o de egresados, que mantengan una política institucional seria, de mediano y largo plazo, con objetivos claros, mecanismos de acumulación de capital social y cultural, y sobre la base de relaciones sociales horizontales y transparentes.

Pero esta claro que Coesco hoy en día tiene muy pocas de las características mencionadas, y se asemeja mas bien a cualquier agrupación política estudiantil, que no tiene muy en claro lo que quiere conseguir y que por ello se reinicia año tras año, termina solo para volver a empezar. De esa manera, la mayoría de sus nuevos miembros se van con las mismas alternativas que con las que llegaron: el archivo o la docencia. Nunca les dijeron, que lo que hacían era una pequeña forma de hacer gestión cultural, tampoco que el tipo de cultura que difunden (la historia) es la más vendida del mercado o que el turismo cultural constituye desde hace buen tiempo toda una industria, son estas alternativas interesantes las que valen la pena explorar, conocer y ampliar, para crecer institucionalmente. Pero todo esto se oculta o se reserva para muy pocos seleccionados o de intima confianza, los miembros no deben saber más de lo necesario, y si quieren saber, pues que lo averigüen por su cuenta, -el próximo año volvemos a empezar-.

La pregunta que titula este post “¿De quién es Coesco?”, No es gratuita, si no que busca responder de manera indirecta a otra pregunta implícita en el texto, ¿Por qué Coesco no es una institución universitaria?. Sencillo, porque es una agrupación personalista, y porque el sujeto que se siente dueño de Coesco tiene un límite en sus expectativas y aspiraciones, por lo tanto, los límites de su mirada serán también los límites de la agrupación que lo sigue, en la medida en que esta agrupación no se empodere y decida que es lo que quiere hacer con su futuro y que los que fueran otrora miembros de Coesco no reflexionen sobre su problemática, las expectativas de esta agrupación estarán claramente demarcados.

Quien es ahora ex - presidente del Coesco 2009, no es mas que la simple muestra de lo que sucede en las agrupaciones estudiantiles que se vuelven con el tiempo excesivamente personalistas, donde pensar diferente es sencillamente intolerable. Pues su líder siempre sostendrá: -El Coesco soy yo-.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Y que hay del Tercio Estudiantil en la Villarreal

A propósito de mi sospechosa preocupación del porqué se esta tardando tanto la convocatoria para las elecciones universitarias, y recordando que nada es casualidad en política, tuve la oportunidad de leer un breve artículo publicado en UNIVERSIA, titulado “¿Tercio Estudiantil? ¿y qué es eso?”. En el que se explica lo siguiente:

Se les llama Tercio porque a él sólo pueden acceder los alumnos que se encuentren académicamente en el tercio superior. Su principal función es ser la voz de los estudiantes, canalizando las inquietudes del alumnado ante las autoridades de la unidad (facultad y departamento). …. Son los representantes estudiantiles ante el Consejo de la Facultad donde asisten con voz y voto.

Entonces, lo primero que uno se pregunta (por lo menos cualquiera que estudie en Villarreal) es, desde cuando se exige en nuestra institución que quién aspire al cargo de formar parte del tercio estudiantil deba ser necesariamente miembro del tercio superior. Y es que particularmente, entre los miembros de la Asamblea, que es el órgano supremo de la universidad, he podido conocer a cada incapacitado mental (eufemismo de imbécil), que lo mas seguro es que haya pertenecido competitivamente al tercio inferior, y lo mismo para los de consejo universitario o consejo de facultad. Claro, con ello no quiero decir que todos lo sean, pero un grupo importante si podría ser calificado de esa forma. En pocas palabras, la capacidad intelectual no ha sido algo que ha caracterizado del todo bien a nuestros representantes estudiantiles, y en ese sentido son una buena analogía del congreso de la republica.

Pero claro, cualquiera podría decir que una cosa es el tercio superior y otra el tercio estudiantil, por tanto, no necesariamente, en términos legales, debiera haber un estrecho vinculo entre ambos. Pues bien, el artículo leído señala también lo siguiente.

La representación de los alumnos se rige por el artículo 47º de la Ley Universitaria N° 23733. Esta indica que para ser elegidos representantes en los diferentes órganos de gobierno de la Universidad, se requiere ser estudiante regular de ella, pertenecer al tercio superior del rendimiento académico, tener aprobados treinta y seis créditos, y no haber incurrido en responsabilidad jurídica por acto contra la Universidad, declarado por la autoridad competente. Además especifica que no existe la reelección, en ningún caso, para el período inmediato siguiente para el que fue elegido.

Entonces es una de dos, o todo este tiempo las autoridades de la universidad nos han estado viendo la cara, haciendo caso omiso de la ley; o la gente de UNIVERSIA a metido la pata terriblemente, o quien sabe, quizás adrede para generar cierta reacción en los lectores.

Lo cierto es que al parecer sería lo segundo, pues revisando los estatutos de la UNFV, la UNMSM y también la de la MOLINA, no se señala el rango de tercio superior como requisito para pertenecer al tercio estudiantil, lo único que señalan al respecto es:

Para ser representante de los estudiantes en los diferentes organismos de Gobierno de la Universidad, se requiere: ser estudiante regular de ella, no haber perdido la gratuidad de la enseñanza en los semestres lectivos anteriores por las causales que determina la ley, tener aprobados dos semestres lectivos completos o un año o treintiséis (36) créditos, según el Régimen de Estudios y no haber incurrido en responsabilidad legal por acto contra la Universidad. El período lectivo inmediato anterior a su postulación debe haber sido cursado en la misma Universidad.

Pero haber develado que se trata de una patinada de los editores de UNIVERSIA, no quiere decir que el asunto queda ahí. En realidad hay temas de fondo más interesantes, como por ejemplo, el hecho de reflexionar sobre la base de ese artículo si se debería exigir como requisito ser tercio superior para ostentar el cargo de representante estudiantil. Por otro lado, debe tener en cuenta que la ley a la que se hace mención es de la década del 80 y que actualmente se encuentra modificada en muchos de sus artículos, ¿pero acaso exigir excelencia académica en la representación estudiantil significaría un retroceso?. Naturalmente, si la ley no se hubiese modificado, un muchacho como yo, que estando sólo en segundo año, no se habría convertido en representante estudiantil, tan tempranamente.

Esto me trae a colación el caso de la congresista Hilaria Supa, quien fue vejada públicamente por el columnista Aldo Mariategui, como un claro ejemplo simbólico del poco conocimiento y nivel intelectual de los congresistas. Obviamente, el tema despertó muchas pasiones, pero el asunto de fondo era el mismo, ¿se requieren altos niveles cognitivos para ejercer el cargo de representación?. Considero que existe consenso político respecto a que cualquier individuo con uso de razón puede ejercer la representación en la medida en que sea legítimamente elegido, de ahí que muchos salieron en defensa de la congresista Hilaria, pues representa a su comunidad y es lo único que debe importar.

Pero volviendo a nuestra universidad, sucede algo curioso, pues estoy seguro que quienes votan por los asambleístas o consejeros universitarios no tienen la mas remota idea de quienes son, a lo mucho tienen cierta idea de quienes son los candidatos para el consejo de facultad, pero las dos instancias superiores, donde se discuten los temas de verdad, donde se necesita ejercer la verdadera representación estudiantil brillan precisamente por su carácter anónimo. La razón de ello lo explique en un ensayo que escribiera hace un par de años, y aunque hoy en día no me atrevería a sostener lo mismo, pues mis ideas sobre la representación han cambiado, considero que si debería haber una mayor preocupación por nuestra parte de saber a quienes estamos eligiendo.

Sin embargo, mientras la opinión pública en la Villarreal siga siendo débil, los canales para construir una democracia más sólida y exigente consigo misma, se verán también reducidos a este blog y este foro, sin duda entonces, necesitamos más canales de difusión y articulación de iniciativas, si es que se quiere hacer algo por la menguada política universitaria villarrealina, donde al parecer a nadie le importa si hay elecciones o no, total si todo seguirá igual con ellos o sin ellos.